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Los aficionados españoles se hacen oír en las calles de Dusseldorf

Dussledorf, 24 jun (EFE).- Los seguidores de la selección española, aunque en inferioridad ante la afición albanesa, rival de este lunes en la última jornada de la fase de grupos de la Eurocopa 2024, son los más ruidosos en la previa del partido, alzando la voz con los cánticos clásicos y tiñiendo las calles de Dusseldorf de rojo mientras aguardan al pitido inicial del encuentro.

Los seguidores de la selección española en Düsseldorf, Alemania. EFE/EPA/FRIEDEMANN VOGEL
Los seguidores de la selección española en Düsseldorf, Alemania. EFE/EPA/FRIEDEMANN VOGEL

Dussledorf, 24 jun (EFE).- Los seguidores de la selección española, aunque en inferioridad ante la afición albanesa, rival de este lunes en la última jornada de la fase de grupos de la Eurocopa 2024, son los más ruidosos en la previa del partido, alzando la voz con los cánticos clásicos y tiñiendo las calles de Dusseldorf de rojo mientras aguardan al pitido inicial del encuentro.

Si un alemán pegado a un saxofón ha sido el protagonista de las celebraciones de la 'Mannschaft', convirtiéndose en un personaje a todas luces viral por su repertorio, España tiene consigo su propia versión, con un trompetista que guía los cánticos de los españoles por las calles de las ciudades en las que España disputa sus encuentros.

Con menos hermandad que la pasada jornada, en la que las aficiones italianas y españoles se unieron durante muchas horas en la previa al encuentro, albaneses y seguidores de La Roja conviven sin problemas en las céntricas calles de Dusseldorf antes de emprender marcha al Merkur Spiel-Arena, que con una capacidad de 47.000 espectadores será completamente rojo al vestir ambas selecciones de ese color. Eso sí, con mayoría de gargantas balcánicas, triplicando a los cerca de 10.000 espectadores españoles que se esperan dentro del campo.

Serán los de Luis de la Fuente los que en este caso, como visitantes, cambien de equipación y jueguen con la segunda, de color amarillo.

Pero en las calles de Dusseldorf no se notó esa desigualdad. Vestidos de torero, de flamencos o simplemente portando una camiseta de España, los aficionados españoles bailaron y cantaron al ritmo de la trompeta de uno de los aficionados más reconocibles estos días por Alemania, que inicia los "yo soy español, español..." o los "qué pasará, qué misterio habrá, puede ser mi gran noche" que se han convertido en la banda sonora oficial.

Siempre acompañados, como no puede ser de otra manera, de un bombo para poner la percusión a toda canción.

Sin nada que perder, sin preocupaciones al llegar con los deberes hechos, irán a disfrutar de un partido en el que tendrán que lidiar con el poderío de los albaneses, ilusionados sobremanera al estar ante una oportunidad única de pasar a octavos de final por vez primera en su historia, en la que es su segunda participación en el torneo, con el recuerdo del torneo de Francia 2016.

Más presentes en Alemania que los españoles al ser un país, como dijo el brasileño Sylvinho, su seleccionador, de menos de 4 millones dentro de las fronteras pero de casi 10 millones fuera de ellas, los albaneses llenan las carreteras con sus banderas y bufandas, que atan a los coches mientras pitan durante el tráfico para hacerse notar.

Una victoria ante esta España ya clasificada que jugará con su 'Unidad B', "favorita para ganar en la final" según Sylvinho, Albania está a 90 minutos de hacer historia en lo que es el partido más importante que ha disputado nunca. Contará con la mayoría del estadio a su favor, pero tendrán que pugnar en la grada contra los españoles y su trompeta.