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Mbappé no puede con todo

Dortmund, 25 jun (EFE).- Protagonista en su vuelta al once, capitán enmascarado para proteger su nariz, fracturada hace unos días al recibir un codazo, autor del único tanto de Francia y portador de la mayor parte del peligro de los suyos, el retorno del enmascarado Kylian Mbappé no alivió las dudas del combinado de Didier Deschamps, que sigue sembrando dudas en una Eurocopa en la que ha accedido a los octavos de final como segunda de grupo.

El francés Kylian Mbappe se hidrata durante el partido del grupo D que han jugado Fancia y Polonia en Dortmund, Alemania. EFE/EPA/FRIEDEMANN VOGEL
El francés Kylian Mbappe se hidrata durante el partido del grupo D que han jugado Fancia y Polonia en Dortmund, Alemania. EFE/EPA/FRIEDEMANN VOGEL

Dortmund, 25 jun (EFE).- Protagonista en su vuelta al once, capitán enmascarado para proteger su nariz, fracturada hace unos días al recibir un codazo, autor del único tanto de Francia y portador de la mayor parte del peligro de los suyos, el retorno del enmascarado Kylian Mbappé no alivió las dudas del combinado de Didier Deschamps, que sigue sembrando dudas en una Eurocopa en la que ha accedido a los octavos de final como segunda de grupo.

Por un momento, cuando Dembélé provocó el penalti y Mbappé anotó desde los once metros, pareció que Francia encontraba un rayo de luz, el primero en dos semanas grises, de dudosa fiabilidad y emanando una sensación de sobrevivir cimentada en el talento individual por encima del grupal.

Pero nada más lejos de la realidad, esta Francia necesita algo más que a Mbappé, que no puede con todo. Hizo todo lo posible, generó ocasiones para el resto por doquier en la primera mitad y finalizó las propias en el inicio de la segunda, echándose el equipo a la espalda, liderando la reacción de una Francia que se quedaba con la plata en la fase de grupos.

Solo Dembélé, en esta ocasión, siguió el ritmo del nuevo jugador del Real Madrid, pero volvió a dejar que desear en la definición. Gozó de una ocasión clarísima en la primera parte que pudo abrir el partido, pero su energético inicio mutó en un partido que, de no ser por haber provocado el penalti, sostenido en su velocidad y desborde muchas veces desaprovechados, hubiera sido intrascendente.

Convirtió el penalti, añadiendo también la capa al vestuario de héroe que lleva con la máscara, y otorgó a Deschamps cierta tranquilidad para hacer los cambios inmediatamente después la tanto. Nada hacía pensar que Polonia podría resucitar, más viendo cómo se le había puesto el partido a 'Les Bleus', dominadores, controladores absolutos. Eso sí, sin malicia en tres cuartos, sin brillantez en el último pase, confiando todo su poderío en Mbappé.

Y en un abrir y cerrar de ojos, lo que parecía imposible se hizo realidad. La pesadilla se personificó en Lewandowski, que convirtió el penalti que hizo un Upamecano que vuelve a salir en la foto en otro momento clave, como le ha pasado en varias ocasiones esta temporada con el Bayern de Múnich. Falló el polaco, pero Maignan se había adelantado. Se repitió el penal y 'Lewan' no falló. Arruinó el regreso de Mbappé y complicó la vida a Francia, que no pudo reaccionar.

Ni siquiera Mbappé pudo frenar la hemorragia que sufrió Francia en los últimos minutos, descosida ante el ímpetu polaco de victoria. Encerrada en los últimos compases, Francia pagó caro las ocasiones falladas y se perdió aún más en el mar de dudas en el que navega. Porque se ha empeñado en que Mbappé puede con todo. Lideró el ataque, se arriesgó a recibir una amarilla y quedarse fuera en octavos y marcó el gol que sentó las bases de una victoria que parecía encaminada. Pero la realidad es que Mbappé solo, como es lógico, no puede con todo.

Tomás Frutos